
La Puerta del Obispo es la seña de identidad más importante de la Catedral de Zamora junto al inconfundible cimborrio. Se trata del ejemplo de escultura más notable de la ciudad, pero hubo otras dos puertas románicas. Reconstruimos la más desconocida, en el flanco oeste, hoy «sepultada» por la capilla del Cardenal.
De las tres puertas románicas de la Catedral solo una ha llegado hasta nuestros días. Pero, ¿cómo era el acceso situado junto a los jardines del Castillo? Ahora sabemos, con la ayuda del historiador Florián Ferrero, que tenía algunas similitudes con la Puerta del Obispo y que estaba dividida en tres entradas que permitían recorrer las naves de la Catedral de Zamora.