Del monasterio de San Juan del Duero a la ermita barroca de San Saturio, el camino que condenó a los jóvenes Alonso y Beatriz en la leyenda de Bécquer
Arcadas del claustro de San Juan del Duero
«Atad los perros, haced la señal con las trompas para que se reúnan los cazadores y demos la vuelta a la ciudad. La noche se acerca, es día de Todos los Santos y estamos en el Monte de las Ánimas». Como Bécquer hace siglo y medio, escucho la leyenda soriana camino del abrupto monte, imaginando inquieto qué me encontraré junto la orilla del Duero. Es un día de otoño, los árboles amarillean, el caudal del río desciende con un ritmo monótono y tranquilo y se acerca el día de Todos los Santos.